Se trata de plantas epífitas que, además de crecer sobre árboles, llegan a crecer sobre rocas. Pertenecen a la familia Bromeliaceae, conformada por 46 géneros y casi 2 mil especies y se distribuye principalmente en el continente americano.
En el caso del género Tillandsia , existe gran diversidad en el centro y sur de México. Además, la hibridación suele suceder con facilidad, resultando en ocasiones en algunos ejemplares muy difíciles de clasificar.
Los cuidados de estas plantas son realmente simples; al igual que otras plantas necesitan agua con periodicidad correcta. Algunas son capaces de tolerar sequías, mientras que otras pueden llegar a deshidratarse, por ello se recomienda sumergirlas en agua en una o dos ocasiones al mes. Es importante que el exceso de humedad no permanezca por mucho tiempo, puesto que podría facilitar la descomposición de tejidos.
Una pista importante para saber qué tanta agua y luz necesitan las Tillandsias son sus hojas. En el caso de las hojas más carnosas, el almacenamiento de agua es mayor, por lo que podrían tolerar más días sin riego. En el caso de las hojas más delgadas, tenemos plantas que tienen menos capacidad de almacenamiento de agua y prefieren la sombra.
Para saber la cantidad correcta de luz, deben observarse los nuevos brotes de hojas. Cuando existe una carencia de luz, suelen aparecer hojas más oscuras y alargadas. Si, por el contrario existe un exceso de luz, las hojas suelen quemarse.
La luz artificial siempre es una opción, sin embargo lo ideal es que exista acceso a fuentes naturales de luz. Adicionalmente, es una práctica común de quienes viven con Tillandsias el rociar agua con un pulverizador para mantenerlas en un punto ideal de humedad.
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Fuente: http://www.caftadr-environment.org/wp-content/uploads/2016/04/guia-de-Reconocimiento-de-Tillandsia-2.pdf
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