Esta planta no está equipada para absorber nutrientes del suelo a través de sus raíces, es por ello que produce un mucílago azucarado a través de las glándulas en sus hojas.
Este mucílago también tiene un aroma dulce y atrae a los insectos. En su mayor parte se trata de moscas pequeñas que a cada movimiento quedan más y más enredadas en el mucílago.
Al igual que otras especies de carnívoras, la Drosophyllum lusitanicum excreta enzimas que contribuyen en disolver el tejido de los insectos, quedando solamente el esqueleto de estos.
Lo que vuelve a esta planta tan interesante para muchos es que se encuentra sólo al sur de España y al norte de Marruecos, en áreas de escasa vegetación, principalmente durante los 5 años siguientes a un incendio. Una vez transcurrido este periodo, estas plantas desaparecen dejando detrás sus semillas en el suelo, esperando a que un nuevo incendio suceda.
Para confirmar el hallazgo, se hizo un experimento que consistió en sembrar una cantidad de estas plantas en suelo de maniobras militares. La mitad fueron plantadas en áreas recién quemadas y la otra mitad se plantaron en una zona de páramo. El experimentó arrojó que aquellas plantas que no fueron sembradas en áreas recién quemadas, tuvieron menos éxito al capturar insectos.
También se ha observado que existe poca coincidencia entre aquellas especies de insectos que quedan atrapadas y aquellas que cumplen una función en el ciclo reproductivo de estas plantas.
Para saber más de este estudio pícale aquí
Imagen: Universidad de Cádiz
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